Este movimiento, aunque anticipado por el mercado, se enmarca además en un entorno donde el dólar estadounidense opera con fortaleza frente a las principales divisas globales durante la jornada del cierre de semana.
La decisión de Banxico de profundizar su ciclo de relajación monetaria, a pesar de que la inflación general y subyacente de abril se ubicó en 3.93%, subraya la intención del banco central de "impulsar el crecimiento económico en un contexto de debilidad". La actividad económica nacional, con un modesto crecimiento trimestral del 0.2% en el primer trimestre de 2025 tras una contracción previa, justifica la búsqueda de estímulos. Banxico ha señalado que considera esta etapa como "una nueva fase en el combate a la inflación", buscando llevarla al objetivo del 3%.
Sin embargo, esta estrategia no está exenta de desafíos. La divergencia en la política monetaria es un factor clave que observamos de cerca. Mientras Banxico opta por reducir tasas, la Reserva Federal de EE. UU. mantiene una postura cautelosa, con sus tasas de interés sin cambios. Esta situación reduce el atractivo diferencial de tasas, pilar de la fortaleza del peso mexicano en el pasado.
De momento, la perspectiva es que Banxico continúe con recortes adicionales a lo largo de 2025, con proyecciones que podrían llevar la tasa a un rango de entre 7.25% y 7.75% hacia finales de año. Aunque el banco central ha dicho que el diferencial de tasas con EE. UU. no es actualmente su principal preocupación, podría ganar relevancia en la segunda mitad del año, especialmente si las tasas estadounidenses se mantienen elevadas.
El panorama económico global, caracterizado por una desaceleración en el primer trimestre de 2025 y una revisión a la baja de las perspectivas para EE. UU. debido a tensiones comerciales e incertidumbre, añade una capa de complejidad. Los riesgos geopolíticos y comerciales podrían impactar tanto en la inflación como en la volatilidad cambiaria.
La próxima semana será clave para calibrar el rumbo del peso. Datos de ventas minoristas, crecimiento económico e inflación en México darán nuevas señales. Una debilidad persistente podría reforzar las expectativas de nuevos recortes de tasas, ejerciendo presión adicional sobre la moneda nacional. Aunque el peso se ha beneficiado antes de mejoras en la retórica comercial de EE. UU., la atención ahora está en los fundamentales internos y en la calibración monetaria.
Desde el análisis técnico, el par USDMXN parece estar en un punto de inflexión. El nivel de 19.50 pesos por dólar es un soporte clave. Si no se mantiene, el siguiente soporte estaría en la zona de 18.50, donde converge el Fibonacci del 23.60% del movimiento bajista iniciado en los máximos de 2020. Esta configuración sugiere que las próximas sesiones serán determinantes para definir la tendencia del tipo de cambio.
En resumen, aunque el peso ha mostrado resiliencia, el entorno actual de recortes de tasas por parte de Banxico, sumado a una Fed en espera, configura un escenario de mayor riesgo y potencial volatilidad.
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