Este repunte se produce después de que el metal precioso alcanzara nuevos máximos históricos, superando marginalmente la barrera psicológica de los $3500 por onza.
Actualmente, el oro cotiza con una ganancia cercana al 1%, situándose en torno a los $3330 por onza. Esta recuperación es especialmente relevante considerando que el activo había sufrido una corrección de aproximadamente un 5% desde sus picos recientes. La volatilidad observada en el oro esta semana, alcanzando récords para luego retroceder, refleja la compleja interacción entre tensiones geopolíticas y dinámicas de mercado.
El impulso alcista de hoy jueves parece encontrar su principal catalizador en la renovada debilidad del dólar estadounidense. El índice dólar ha registrado una operativa bajista, posicionándose como la divisa con peor desempeño entre las principales del mercado FX. La temática inversa entre el oro y el dólar se ha manifestado claramente; la debilidad del dólar ha abaratado el oro para tenedores de otras monedas, atrayendo a compradores de oportunidad. Adicionalmente, la caída en los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. a 10 años ha proporcionado un soporte adicional al metal, al reducir el costo de oportunidad de mantener un activo que no genera intereses.
Recordemos que la escalada inicial hacia los máximos históricos estuvo alimentada por una persistente incertidumbre global, particularmente en torno a las tensiones comerciales entre EE. UU. y China. La retórica fluctuante y adversa impulsó la demanda de activos refugio, como el oro. Comentarios previos de Donald Trump sobre la política monetaria de la Reserva Federal también contribuyeron a la incertidumbre en torno al dólar, favoreciendo al metal dorado.
Desde una perspectiva fundamental, aunque han surgido comentarios sobre un posible deshielo en las posturas comerciales, el panorama sigue marcado por la cautela. Declaraciones como las del Secretario del Tesoro, Scott Bessent, subrayando la necesidad de reducir aranceles antes de avanzar, indican una mejora relativa en el tono diplomático. No obstante, mientras persista una significativa incertidumbre geopolítica y comercial, el oro mantendrá su atractivo como activo refugio. Este sentimiento se ve reforzado por su desempeño en lo que va del año, con una subida de más del 30%.
Técnicamente, el rebote actual se produjo tras encontrar un sólido soporte en los $3300 por onza. Desde el punto de vista técnico, este nivel ha actuado como un suelo clave tras la reciente corrección. Ahora, la atención vuelve a centrarse en la resistencia psicológica de los máximos históricos cercanos a los $3500/oz.
De cara al futuro inmediato, la trayectoria del oro dependerá en gran medida de la evolución de las negociaciones comerciales entre EE. UU. y China, así como de cualquier desarrollo en las relaciones comerciales globales. Los mercados seguirán atentos a los movimientos del dólar y a los rendimientos de los bonos como factores clave para el precio del oro.
Pepperstone no representa que el material proporcionado aquí sea exacto, actual o completo y por lo tanto no debe ser considerado como tal. La información aquí proporcionada, ya sea por un tercero o no, no debe interpretarse como una recomendación, una oferta de compra o venta, la solicitud de una oferta de compra o venta de cualquier valor, producto o instrumento financiero o la recomendación de participar en una estrategia de trading en particular. Recomendamos que todos los lectores de este contenido se informen de forma independiente. La reproducción o redistribución de esta información no está permitida sin la aprobación de Pepperstone.